La implementación de medios electrónicos para gerenciarlas es hoy en día una condición para su funcionamiento, ya que garantizan la transparencia y la posibilidad de control social, además de permitir un aumento de la cantidad de

proveedores, que junto con la seguridad en la fecha de los pagos son los principales mecanismos para reducir los precios pagados por bienes y servicios.

Como demostramos en el “Relógio da Economia” www.relogiodaeconomia.sp.gov.br, que es una herramienta tecnológica implementada en el Gobierno del Estado de São Paulo que demuestra los ahorros hechos por este gobierno después de la implementación de las compras electrónicas, la inversión en innovación genera importantes beneficios para el Estado y para la sociedad. El instrumento fue elaborado para analizar los servicios en los cuales hubo algún tipo de innovación, sea procesal, administrativa o tecnológica, comparándose los costos de los procesos en dos momentos: en su forma tradicional y después de la implementación de innovaciones. La diferencia entre los costos de los procesos es el índice que mueve al Reloj, el cual informa diariamente el monto que el Estado y la sociedad civil están ahorrando gracias a la utilización de los nuevos procesos. Las reducciones fueron de R$ 5.437,00 reales en el proceso tradicional frente a R$ 1488 en el electrónico, representando un 73% de ahorro.

La innovación que realizamos con la metodología BINPS – reconocida como la mejor metodología mundial por el BID y por el Banco Mundial para medir los beneficios causados por las inversiones públicas – es calcular los ahorros de la actividad como un todo, o sea los costos del Estado y los de la sociedad civil cuando es proveedora del Estado. Así se calcula cuanto ahorran las empresas al utilizar mecanismos electrónicos en sus ventas al Estado. Cuando la legislación les permite no pasar por licitación los costos disminuyen R$9,61 por cada participación en el sistema tradicional frente al R$ 5,48 en la venta electrónica a través de la Bolsa Electrónica de Compras. Eso representa un 44% de reducción. El en caso de las listas cortas la reducción fue aun más grande: de R$ 74,30 en el sistema tradicional para R$ 4,33 en la BEC, lo que representa un 94% de reducción.

Además, el Reloj del Ahorro permite que cada empresa proveedora de la BEC pueda calcular su propio ahorro, respondiendo a un cuestionario específico. Así, un nuevo servicio se pone a disposición de los usuarios de e-gov: saber cuánto están disminuyendo sus costos a partir de la implantación de herramientas electrónicas y con eso, impactando el costo país como un todo.

Es importante destacar que ese servicio es uno de los primeros del mundo en ser puesto a la disposición de la sociedad de esa forma, con total transparencia en cuanto a la metodología y a los datos utilizados, y con un canal abierto a la interacción con los usuarios para el cálculo de su propio beneficio.

En cualquier caso, el gran problema de todas las políticas de compras públicas reside en la elaboración del correcto dimensionamiento de la demanda, o sea, saber con exactitud cuánto y con qué periodicidad se necesita un determinado producto. Ese proceso implica planear y unificar los pedidos y también contar con un buen sistema de comunicación sobre lo que se entrega.

Es necesario también resaltar que la sobrevaloración de los medios electrónicos de compras es un problema para los países que consideran que incorporar tecnología o dotarse de un completo marco legal es la solución para la mayoría de los problemas relacionados con las compras. Así, después de la incorporación de tecnología consideran que las acciones para la mejora de la eficiencia y de la eficacia de las compras están completadas. Pero la transacción o el proceso electrónico es solo parte del problema y no elimina por sí sólo los problemas que conllevan el monopolio y arbitrariedad que se da en la toma de decisiones. Brasil fue uno de los primeros países del mundo a generalizar esa práctica y allá verificamos que los sistemas ya implementados muchas veces no tienen la visión del proceso como un todo y resuelven sólo las cuestiones de las fases externas del proceso de compra pública.

Hay que se comprender que las nociones de eficiencia y eficacia en las compras públicas están relacionadas a objetivos muy distintos a los que las orientan en el sector privado. Comprar por un precio menor fuera del territorio donde el gobierno recauda tributos es un falso ahorro ya que las externalidades negativas provocadas impactan de manera real en el precio final. Otro ejemplo: comprar alimentos industrializados a través de los sistemas electrónicos implicará en la mayor parte de los casos la victoria de una gran empresa. Eso ocurre porque si sólo se mira el precio final que se paga, no se observa el empleo que se dejará de generar en la localidad, la caída en la recaudación y la falta de incentivos a la producción local.

En conclusión, es posible afirmar con seguridad que bien planeada y ejecutada, la política de compras públicas es capaz de maximizarlos impactos positivos y minimizar las consecuencias negativas de los actos de consumo de los gobiernos en dirección a un modelo económicamente prospero, ambientalmente correcto y socialmente justo. Políticas de compras públicas bien gestionadas promueven el desarrollo económico local y la consecuente generación de empleos y el fortalecimiento de las micro y pequeñas empresas, la protección ambiental y la reducción de los fallos de mercado.